MITOS DEL SUICIDIO
Mgter. María Eugenia Despaigne de Martín y Vali Maduro de Gateño, Ph.D.
Las estadísticas de la organización mundial de la salud indican que alrededor de 3000 personas se suicidan diariamente y que por cada persona que muere veinte o más lo intentan. Por tal motivo organizaciones alrededor del mundo trabajan para prevenir que esto suceda; una de las maneras que ayuda a la prevención es la educación, pero como el tema del suicidio asusta se han generados muchos mitos al respeto. He aquí algunos de ellos:
1. Si una persona quiere quitarse la vida no hay nada que se puede hacer para detenerla. FALSO
Las investigaciones indican que las personas tienden a tener ideas suicidas por un mínimo de tres meses antes de intentarlo, lo que nos deja saber que la conducta suicida no es tan impulsiva como se creía antes, lo que nos ayuda a prevenirla. ¡Escuche! Las personas tienden a empezar a hablar de querer morirse, sobre temas de muerte o de que no vale la pena vivir. Tómese el tiempo para hablar con esta persona y convénzala de que busque ayuda profesional.
2. Las personas que amenazan con quitarse la vida están manipulando para conseguir que se haga lo
que ellas quieren. FALSO
Las personas que quieren quitarse la vida son personas que están sufriendo emocionalmente, no tienen la intención de manipular, intentan encontrar una manera de resolver sus problemas y de calmar su dolor. Cuando dicen que quieren suicidarse lo hacen porque no encuentran otra salida. Ayúdelos a encontrar soluciones saludables.
3. Los adolescentes con notas excelentes y adultos exitosos en su trabajo no deben preocuparnos de
tener riesgo suicida. FALSO
No todas las personas expresan su dolor emocional, ni sus problemas de la misma manera. Si bien la mayoría se presentan decaídos, existe un grupo de personas que se aferran a las actividades diarias, ya sea de trabajo o escuela, y no le dejan saber a nadie lo mal que se sienten. Converse a diario con sus seres queridos, ya que a través de la comunicación podrá saber cómo están verdaderamente, además que una buena comunicación fomenta la confianza para hablar hasta las cosas más difíciles.
4. El uso del alcohol y las drogas no afecta el riesgo suicida. FALSO
La mayoría de las personas que se suicidan han utilizado alcohol o drogas antes de hacer, porque estos los desinhiben su conciencia y se les hace más fácil hacerse daño. Este pendiente si la persona ha aumentado el consumo de estos.
5. Solo la persona deprimida se suicida. FALSO
Una de las mayores causas de suicidio es el sufrimiento prolongado. Por ejemplo, personas con enfermedades crónicas y personas que sufren de ansiedad generalizada por largos periodos de tiempo. El sufrimiento prolongado junto a un detonante, como perder el trabajo o una relación cercana, son riesgos para la conducta suicida.
6. Solo la persona que ha tenido eventos traumáticos piensa en quitarse la vida. FALSO
El hecho que una persona haya experimentado un trauma no la hace propensa a quitarse la vida. Usualmente debe haber varios factores para que desee hacerlo. A continuación, una lista de los riesgos que indica la Asociación Americana de Suicidología:
Ideación: amenaza, habla o escribe de hacerse daño o matarse, busca medios para hacerlo: armas, medicamentos etc.
Abuso de Substancias: aumenta el uso de alcohol o drogas.
Falta de metas: expresa no tener razones de vivir o que se siente una carga.
Ansiedad: agitación, inquietud, no puede dormir.
Atrapado: Sentir que no hay salida.
Desesperanza: hablan de no valer, no importarle a los otros, que nada va a cambiar.
Apartarse: se aleja de la familia, los amigos y la sociedad. Duerme mucho. No tiene contacto con sus emociones.
Ira: expresión de ira incontrolable y excesiva. Ideación homicida. Imprudencia: pierde la capacidad de cuidarse. No piensa en las consecuencias.
Cambio de afecto: cambios dramáticos en los estados afectivos.
¿Si usted reconoce que alguien en su vida está sufriendo qué haría?
Conéctese, acérquese, inspire esperanza y ofrezca ayuda.
Muestre compasión e interés y disposición de encontrar una solución, la persona puede que no tenga la fuerza o la motivación para ayudarse así mismo.
Ofrézcale acompañarlo a buscar ayuda profesional.
Si somos más abiertos y honestos sobre la salud mental, podemos prevenir el dolor y el sufrimiento y quienes están necesitando ayuda podrán encontrar la ayuda que merecen.